domingo, 6 de junio de 2010

Pintura renacentista


En las artes visuales, los logros significativos ocurrieron alrededor del año 1400 tanto en Italia como al norte de los Alpes. El arte de Masaccio y los escritos de Leon Battista Alberti ayudaron a establecer la perspectiva lineal y la idealización del cuerpo humano como las ideas principales de la pintura renacentista italiana a principios del siglo XV. Al tiempo se produjo en el norte la pintura gótico-flamenca, que también se ha considerado prerrenacentista o renacimiento nórdico. Artistas flamencos como Jan van Eyck innovaron con la pintura al óleo y composiciones espaciales intuitivas. El breve Alto Renacimiento (h. 1500–1520), centrado en torno a Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Rafael en Florencia y Roma, fue una culminación de los logros italianos, mientras que artistas como Alberto Durero llegó a un nivel similar de innovación artística e intelectual a la Europa septentrional.

La pintura del Renacimiento tardío, desde alrededor de 1520 hasta el final del siglo XVI, está marcada por varias tendencias manieristas que se expandieron a partir de Italia al resto de Francia. La decadencia del renacimiento se inicia en Italia poco después de mediado el siglo XVI. Se caracteriza por la falta o escasez de buenos maestros, optando los artistas por imitar las obras de los grandes maestros anteriores en lugar de estudiar la naturaleza para crear sus obras originales. En el manierismo se exagera el movimiento en las figuras, la expresión es afectada y amanerada o poco natural de los rostros.

La pintura renacentista abarca el período de la historia del arte europeo entre arte de la Edad Media y el arte barroco. La pintura de esta época está relacionada con el «renacimiento» de la antigüedad clásica, el impacto del humanismo sobre artistas y sus patronos, nuevas sensibilidades y técnicas artísticas y, en general, la transición entre el periodo medieval y los comienzos de la Edad Moderna.

El carácter distintivo de la pintura del renacimiento en general y en su periodo de apogeo consiste:

En la unidad de la composición, de la perspectiva, de la anatomía y morbidez muscular y de la belleza exterior física tendiendo a imitar la naturaleza con desenvoltura e inspirándose a la vez los artistas en las obras clásicas escultóricas.
Por razón de los asuntos, en la universalidad de ellos, dando mucha entrada a los mitológicos apenas tratados en la época anterior y cultivando singularmente el retrato y las historias. Y aunque no se olvidan los cuadros religiosos, carecen éstos por lo común de la idea y unión mística de la época precedente (sobre todo, en las Vírgenes o Madonnas) y hasta desvían con frecuencia el ánimo de la verdadera piedad. Aunque está plena de religiosidad, cada artista busca su propio estilo, en donde el retrato y la representación del paisaje tienen mucha importancia.
Por razón del procedimiento, se distingue en el abandono definitivo de los realces y dorados, en la predilección por los lienzos sin tabla y en la adopción casi exclusiva de la pintura al óleo, salvo las decoraciones murales al temple y al fresco.
La historia moderna de la pintura se inicia con los aportes de los maestros del Renacimiento. Florencia y Roma durante los siglos XV y XVI son la cuna de dicho movimiento que establecerá a través de la perspectiva, la proporción, la anatomía y el descubrimiento y uso del óleo, una manera de pintar realista o verista que no se había dado antes.

El Renacimiento surge en Italia y se va extendiendo progresivamente por Europa, con mayor o menor calado, según los países. Surgieron innumerables centros o escuelas de pintura, sobre todo, en Italia, influyéndose mutuamente unas en otras a pesar de sus divergencias. No existe unanimidad crítica a la hora de distinguir las aludidas agrupaciones de artistas ni es uniforme el estilo de los diferentes maestros, por lo que las escuelas se reúnen sólo geográficamente.

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